martes, 22 de septiembre de 2009

Yo mismo fui el ladrón

Yo mismo fui el ladrón
que se apropió su vida
convirtiéndola en ficción.

Viviendo en sueños
lejanos a mi condición,
llegué a creer
que quien vivía no era yo.

Había un yo que vivía en fantasías,
y viviendo realidades estaba el otro.
Éramos dos.

Siempre guardamos las distancias,
procurando no inyectar
espejismos a la Verdad.

Yo, soñador,
viví el momento sin la menor preocupación
haciendo de ilusiones mis tareas cotidianas,
dejando las consecuencias al otro,
experto ya en resacas,
que dejan no alcanzar
tal aspiración.

Yo, ese otro yo,
medía cada paso,
prudente, atento, contrario al soñador.
torpe y tonto, que a veces se engañaba
con vanas ilusiones que legaba el otro yo.

Yo,
rebosante de temor,
¡Ya incrédulo al amor!
me convencí de la llegada
en que nos juntábamos los dos:

La realidad con la ficción,
mi presencia con su voz…

Pero con acuse de recibo,
leí la carta que dejó en nuestro cajón
rebosado de quimeras,
superadas y enterradas
ya en otra ocasión.

Y otra vez toca olvidar,
y volver a convivir yo solo con mi yo,
que no se ya si volverá,
a caer en la trampa
de vivir en la ficción.

1 comentario:

  1. tus poesías dicen mas de lo que cuentan... como un tio así y yo sin conocerle?

    ResponderEliminar