lunes, 8 de marzo de 2010

Fui...

Llevo ya mucho tiempo sin actualizar el blog, ¡más del habitual que no es poco!
y esta vez voy a dejaros un viejo poema que refresqué la pasada nochevieja.


Fui arquitecto en la pirámide de Keops,
y aún se la localización exacta de Tartessos.

Fui parlamentario en Grecia,
miembro del senado en Roma.

Un 24 de diciembre fui buey…
y mula el 25 d.C.

Fui francés un dos de mayo,
fui Lennon en New York.

Fui yo el duodécimo toque de campana
que anunció un nuevo año,
y otro,
y otro…

Ahora tan sólo soy una nota en el aire
que al sonar desaparece.

Y cada nochevieja repico y retumbo
confiando que el eco,
mensajero predilecto,
lleve a buen puerto mi melodía.

Melodía sin partitura,
melodía de una nota
que sigue buscando una sinfonía
en la que poder encajar,
que el todo el mundo pueda escuchar…
y así finalizar esta vida
donde vivo ya hace años.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Invierno

Lo primero y antes de nada, pero después de esta pequeña introducción, feliz navidad a todos.

El invierno siempre fue mi estación favorita, y siempre la defino como la estación del frío, del cobijo y del reencuentro, y quizás sea ese su encanto.

Con esta foto y este poema dedicado al invierno os felicito la navidad de una forma muy particular, y que espero que os guste. Un saludo a todos y disfrutar de estas fiestas.


Todo lo debo.

Soy un todo formado de nada
que busca respuestas en el silencio que se forma
cuando el vacío me llena.

Y el silencio placentero
(a Dios gracias nunca me fue impuesto)
suena a gritos desgarrados cuando busco y no encuentro
un alma que quiera vivir en este invierno,
estación del frío, del cobijo y del reencuentro,
donde yo nací, donde yo me encuentro,
donde pierdo los papeles que no poseo.

Todo lo debo.

Mis pasos bailan al compás de vientos
que vienen del norte arrasando por completo
todas mis metas marcadas.

Fui testigo del inesperado encuentro,
cuando la brisa nórdica acarició tu pelo
formando en el aire un fenómeno atmosférico.

Todo lo debo,
medio mundo
y el cielo entero.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Reencuentro

Largo el recorrido, alegre la marcha.
Ya no anda mi cabeza baja.

Mi mirada se pierde por la copa de un árbol,
mirada que busca figuras no halladas.

No quiero cantos de pájaro,
no quiero hojas verdes.
Tan sólo disfrutar del olor de la mañana.

Porque no te buscaba, y te esperaba.
porque no te esperaba y te echaba en falta.

Tú apagaste el largo invierno
que habitó bajo mi almohada,
dando paso a un nuevo ocaso,
dejando paso a la estación extraña.

Y amaneciste en lo alto
iluminando la maraña,
despertando primaveras en pleno enero.

Y alumbrando el mundo
hoy te encuentro
cerca de la orilla del nuevo sentimiento,
descubriendo el ser honesto,
descubriendo al nuevo ser,
que en tu ausencia no dormía
esperando este reencuentro.

martes, 22 de septiembre de 2009

Yo mismo fui el ladrón

Yo mismo fui el ladrón
que se apropió su vida
convirtiéndola en ficción.

Viviendo en sueños
lejanos a mi condición,
llegué a creer
que quien vivía no era yo.

Había un yo que vivía en fantasías,
y viviendo realidades estaba el otro.
Éramos dos.

Siempre guardamos las distancias,
procurando no inyectar
espejismos a la Verdad.

Yo, soñador,
viví el momento sin la menor preocupación
haciendo de ilusiones mis tareas cotidianas,
dejando las consecuencias al otro,
experto ya en resacas,
que dejan no alcanzar
tal aspiración.

Yo, ese otro yo,
medía cada paso,
prudente, atento, contrario al soñador.
torpe y tonto, que a veces se engañaba
con vanas ilusiones que legaba el otro yo.

Yo,
rebosante de temor,
¡Ya incrédulo al amor!
me convencí de la llegada
en que nos juntábamos los dos:

La realidad con la ficción,
mi presencia con su voz…

Pero con acuse de recibo,
leí la carta que dejó en nuestro cajón
rebosado de quimeras,
superadas y enterradas
ya en otra ocasión.

Y otra vez toca olvidar,
y volver a convivir yo solo con mi yo,
que no se ya si volverá,
a caer en la trampa
de vivir en la ficción.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Neverending History

Un vacío crece en mis adentros,
y hasta mis más arraigados sentimientos
van muriendo sin mediar palabra.

Ese ser inerte me invade,
se clava y me quema
dando paso al miedo,
que junto al vacío va creciendo,
con el temor de que nadie lo pare.

Es la historia interminable
donde la nada y el todo
entran en conflicto
creando el pánico en el mundo fantasía.

Y es que la nada no cesa y avanza
sin que el sol la guíe,
con la oscuridad en su bando
poco a poco van venciendo al todo
que tanto tiempo tardé en construir.

Sueños, recuerdos y las más preciadas posesiones
corren el peligro de caer en el olvido,
de sumirse en tinieblas infinitas
que alumbraron mi pasado...

Ahora sigo estancado
en el fango del eterno presente,
esperando que el futuro eche a andar,
y que el pasado no se tope conmigo
en cada intento de avanzar.

A Xydehia y Bankar

lunes, 17 de agosto de 2009

Tratamiento prolongado

Hoy quiero reclamar
El derecho universal
De vivir la primavera…
Pero mi alegato de inocencia
Lo han desestimado,
Y mi condena no ha acabado.

Continúo en mi prisión,
Alejado de presión,
Empeñando cuerpo y alma
A encontrar dedicación.

Paso los momentos
Intentando recordar
Cómo es la claridad
O el olor de la mañana…
Y con embargo me han comunicado
Que mi corazón está enfermando.

Aún no hay cura que lo sane,
Ni siquiera método que pueda aliviarlo…
Y sigo empeorando.

Fueron muchos los intentos,
Como muchos fueron los expertos,
Que quisieron dedicarse a tratar el desperfecto.

El Dr. Recuerdo
Intentó curar fallando en el intento,
Agravando la enfermedad,
Y dejando bajo de defensas
Cada uno de mis huesos.

El Dr. Tiempo no logró
Terminar con el dolor
Del silencio prolongado,
Que espera un final tan ansiado…

La medicina alternativa también ha fracasado,
La quimioterapia de nuevos sentimientos ha fallado.
Todo esfuerzo ha sido en vano,
Todo fue un engaño.

Nada pudo dar con el tratamiento,
Que extirpara la soledad que siento
Al no sentirme entre tus brazos.

Parón veraniego

Tras un tiempo sin añadir nada nuevo a mi rincón voy a describir mi situación actual, no tanto para excusar mi dejadez y abandono hacia el blog, sino más bien para desengrasar los dedos.

El caso es que en este tiempo han surgido varios contratiempos (que espero no vuelvan a ocurrirme en mi estancia en la tierra) como son una operación y una mudanza, aunque más bien el orden cronólogico sea el contrario, primero la mudanza y después la operación.

Y es que no penséis que este parón ha sido por vacaciones o disfrute personal, tampoco ha sido por necesidad de desaparecer para despejarme y pensar un poco más en mi, ni el tener que encontarme, reencontrarme o cosas similares... Aunque no voy a negar que tampoco he tenido muchas ganas de subir algo. Ahora os cuento cada una de esas dos gestiones.

La mudanza: Es la segunda mudanza en 4 años y la tercera en toda mi vida, con la particularidad de que esta no ha sido con un servicio de mudanzas al que le vas indicando si lo tiene que dejar en la cocina o en el salón, sino que entre toda la familia con ayuda de algunos amigos, y el apoyo psicológico de otros, hemos trasladado mi hogar a uno nuevo que me encantaría describir como más acogedor, pero me temo que hasta que no pasen unos años no será así, ya que cuando empezaba a sentirme a gusto en el anterior domicilio, ¡cómo en mi casa! lo cambiamos...

Además, todas estas operaciones de carga y descarga, subidas y bajadas, por ascensor y por escaleras, han sido con una rodilla "afectada" por una meniscopatía en el menisco interno y una rotura del ligamento cruzado anterior que me ocurrió en un regate mágico jugando al fútbol en marzo. Pero tampoco voy a deciros que haya sido una gran sufrimiento, más bien ha sido un alivio, ya que aproveché mi estancia de cuatro días en el Gregorio Marañón para ver cine, no oír los gritos de mis hermanas, y lo que es mejor, librarme de las tareas de ordenar en mi nueva casa, o al menos eso pensaba mientras estaba en el hospital...

Y del hospital no me puedo quejar la verdad, ya que gracias a las gestiones de la madre de un amigo, pude disfrutar de una habitación individual con todos los cuidados necesarios a mi alcance. Y si pensáis que seguro que la comida fue un problema... pues sí, la comida no era muy apetecible, pero también en eso tuve suerte ya que amigos y familia se encargaban de traerme distintos manjares como pueden serlo el embutido o la tortilla.

Ahora vuelvo y con la intención de seguir con el ritmo pasado, aunque como ocurre con la rodilla, recuperarlo quizás sea lento.